Me encontré con Jerry Garcia en la habitación de un hotel en Buffalo, Nueva York, el 3 de julio de 1989. Desde un principio, se mostró amigable, cálido y abierto, haciéndome sentir como si fuéramos un par de amigos charlando mientras se toman unas cervezas. La habitación era sencilla, sin flores, sin parafernalia, sin bandejas de plata con notas de admiradores. No puedo decir, sin embargo, qué ocurría en el cuarto colindante, en el cual supe que había alguien que él conocía bien, porque en un momento determinado la puerta que comunicaba ambos cuartos se abrió de repente, y entró su novia Manasha. También ella se mostró muy amable y, cuando dije que acabaríamos pronto, dijo que no me preocupara, que únicamente necesitaba algo y que yo podía estar tranquilo.
Has dicho que los Acid tests fueron el mejor entorno para la toma de ácido.
Lo fueron para mí. Sin embargo mucha gente se asustó. Mucha gente se quedó colgada completamente, del todo. No estoy cualificado para decir que fue realmente grande. Mi experiencia personal fue absolutamente genial.
¿Cómo fue tocar en los Acid test?
No era una ocasión en que la gente pagase por venir a vernos específicamente, así que teníamos la opción de no tocar y había momentos en los que quizás tocábamos veinte compases y todo el mundo se soltaba. Por lo tanto, hubo momentos en los que en realidad no teníamos ganas de tocar, pero había otros en los que realmente si deseábamos actuar; pero ya que nadie tenía expectativas de lo que íbamos a tocar, podíamos tocar cualquier cosa que nos diera la gana.
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