Andaba yo dandole vueltas a escribir algo sobre las variadas coincidencias y referencias españolas de los Grateful Dead, y un post en facebook, sobre la ascendencia española de Jerry Garcia, me ha puesto manos a la obra. Y me he tomado la no molestia de comenzar por traducir, como según cuenta Blair Jackson en su magnifico "Garcia, An American Life" editado en el año 2000, debemos situarnos en la Galicia de mediados del Siglo XIX, en la pequeña aldea de pescadores en la Ría de Betanzos, llamada Sada, donde según Leonor Garcia Ross, tia de Jerry, aun viva con noventa años, proceden los Garcia, aunque sus antepasados mas cercanos eran realmente de A Coruña, Manuel Garcia, bisabuelo de Jerry era un solido empresario de clase media, que poseía un negocio de acarreo de mercancias en la zona, con un largo carro tirado por seis caballos, tenia cuatro hijos, dos varones y dos mujeres, según la tradición el hijo mayor debía continuar el negocio del padre, pero Manuel (el abuelo de Jerry), no estaba mucho por la labor, era mas bien aventurero y parece ser que le tiraba mas lo de "hacerse a la mar", así que se hizo marinero y viajó por todas partes, pasando largos meses fuera de casa, de hecho la abuela de Jerry, Aquilena López, regentaba un ultramarinos para mantenerse ocupada durante sus largas ausencias. En sus raras estancias, Manuel y Aquilena fueron creando una familia; Manuel, José (padre de Jerry, en honor al nombre del padre de Aquilena, José Lopez), Leonor y Lena (por Aquilena), nacidos en 1901, 1902, 1908, 1912, respectivamente. Eventualmente a Manuel, se le agotaron la ansias por conocer mundo, la I Guerra Mundial estaba arrasando el continente, y decidió que seria mejor continuar viendo crecer a la familia en América, conocía los puertos de Nueva York y San Francisco, y pensó que el clima de San Francisco le agradaría mas a Aquilena, que era mas cercano al de la Coruña, ya que en Nueva York hacia demasiado frío en invierno, y porque San Francisco tras el terremoto e incendio de 1906, se había vuelto a reconstruir lo cual ofrecía mas oportunidades de trabajo que Nueva York.
Así que a comienzos de 1918, Manuel Garcia, viajo solo a San Francisco, para buscar y alquilar un apartamento amueblado para la familia, en Filbert Street, y un trabajo que consigio en los
ferrocarriles locales, y cuando sintió que estaba suficientemente asentado, lo arreglo todo para reunirse con su familia, y en el otoño de 1918, Aquilena y los cuatro niños; cuyas edades oscilaban entre los 6 y los 17 años; se embarcaron rumbo a Nueva York haciendo escala en La Habana, una vez en Nueva York sufrieron un largo proceso de entrada en el país, en la isla de Ellis. Había viajado con ellos un primo de la familia, Antonio Dalmau, que estaba levemente lisiado, padecía polio desde la infancia, y en cuanto llegaron a Ellis, no le dejaron entrar en el país y le mandaron de vuelta. Fue muy triste, cuenta Leonor, el había traído un baúl de Aquilena, con sus mas preciadas pertenencias junto con su equipaje, le devolvieron con todo de vuelta a España. Así perdieron un montón de recuerdos familiares, que nunca volvieron a ver.
El viaje a través de Estados Unidos en tren en el frío mes de Diciembre fue largo y duro, y cuenta Leonor, que una vez que la familia cansada tras el largo viaje llego por fin a Oakland y contemplaron a través de la bahía de San Francisco su nuevo hogar, su madre exclamo: "Oh Dios, tenemos que volver al mar otra vez", pero afortunadamente el viaje duró a penas una hora y Manuel les recogió y tenia comida caliente preparada en la mesa de su nuevo hogar.
Vivieron los tres primeros años en North Beach, que en aquella época era como la pequeña Italia, en la que aparte de Italianos también vivían algunos españoles. De hecho, Manuel pensó, que esto supondría un trastorno, porque sus hijos aprenderían antes italiano que ingles. Ya que evidentemente ninguno hablaba ingles, ya que la segunda lengua que se estudiaba en España era francés. Según cuenta Leonor, sus hermanos fueron a la escuela regular y nocturna y aprendieron el idioma antes que ella. Al hijo mayor Manuel le fue bien en la escuela y comenzó ingeniería, pero a José Garcia, le interesaba mas la música que la escuela, así que su padre insistió en que ambos deberían aprender algún instrumento, así fue como ambos comenzaron a aprender piano, con un profesor italiano en North Beach, aunque José mas tarde lo cambiaría por el clarinete. En 1922, dejaron el barrio y se trasladaron a vivir al distrito de Misión, instalándose en una casa en Precita Avenue, Manuel pretendía que su familia comenzara a integrarse completamente en la sociedad americana, el solicitó la ciudadanía estadounidense inmediatamente después de llegar a California, y en 1920 consiguió trabajo como ingeniero de vapor en la Compañia Pacific Gas and Electric, donde permanecería cerca de cuarenta años.
"Por lo que a el concernía, España se podía hundir en el océano", según cuenta Daniel Garcia, primo de Jerry, su abuelo Manuel era un patriota, amaba América y creía fervientemente en Roosevelt, de cual solía tener una foto en la pared., eran los días del feroz patriotismo.
Hablaba bien ingles aunque con fuerte acento, en cambio su mujer nunca quiso aprenderlo, cuenta el hermano mayor de Jerry, Tiff Garcia, "mi padre por otro lado nunca nos enseñó español, estaba completamente integrado en America y nunca lo hablaba, incluso con su madre. Recuerda que ella le hablaba en español y el la contestaba, " No, you mean the key, the car, the stove". "Así que para reforzar sus credenciales americanas, José Garcia, se convirtió en Joe Garcia, para todos sus amigos y familiares, y se encargo de figurar en los documentos oficiales como Joseph Garcia.